CELEBRAMOS EL DOMUND: Domingo Mundial de las Misiones
Motivación
Estamos a las puertas del DOMUND. El próximo domingo, en todas las parroquias se nos recordará este momento importante y significativo del año. También nosotros queremos rezar por los misioneros.
Y no lo olvidemos: Cristo, el primer Jueves Santo de la historia, tomó el pan en sus manos, lo partió y lo dio a los discípulos diciendo: “Id e invitad a todos al banquete”.
Mirad: un pan partido y compartido permite que los pobres descubran la presencia de un Dios que los ama con locura. Cristo nos da su cuerpo, se sumerge en nuestras entrañas para que formemos parte de su cuerpo y, entonces nos convertimos en otros “cristos” compartiendo la mesa en la que todos somos invitados. Y ahora, en este mes de octubre, nos recuerda que los misioneros son la presencia de Dios en medio de los pobres.
El Domund nos recuerda que hoy, la pobreza y el sufrimiento humano tiene muchos rostros y nombres. Y, la “invitación al banquete” nos mete de lleno en este misterio de comunión y de vida en el que todos podemos echar una mano.
Hoy pedimos de cada uno la oración profunda para que los misioneros sigan partiendo y repartiendo el pan de la vida en medio de los más necesitados.
TESTIMONIO DE UN MISIONERO (Jaime Cervera, Misionero Comboniano)
«No es extraño encontrar hoy a misioneros haciendo de mediadores para buscar la paz entre grupos étnicos enfrentados, o misioneras trabajando sin horario fijo atendiendo a enfermos y heridos en campos de refugiados, o colaborando en programas de reconstrucción de casas destruidas por desastres naturales, o incluso manifestándose ante las autoridades a favor de la justicia y paz, que son comunes a todas las personas. Pero, por encima de todo, los misioneros cristianos estamos convencidos de que la mejor causa común es el anuncio salvador de Jesús de Nazaret, muerto y resucitado. Por eso, nuestro trabajo consiste, fundamentalmente, en vivir la vida nueva del Reino de Jesús, con el anuncio de su Palabra y con el testimonio de vida cristiano.»
Donde Dios Quiera
Podemos plantearnos en San José del Parque qué podemos hacer en esta “Misión de la Iglesia”. Marcelino nos enseña una lección maravillosa: también él se hizo esta pregunta y la solución final es todo un ejemplo para nuestro compromiso de hoy:
El deseo de Marcelino por atender a los más necesitados, le llevó a plantearse que él mismo debería irse a las misiones. En el retiro de 1836 llegaron cartas de Roma donde se concedía a la los Hermanos Maristas la misión de Polinesia. Si leemos cómo lo cuenta años después, nos encontramos con este testimonio: “A mí me hubiera gustado formar parte de esa primera expedición –apunta Marcelino- y así se lo hice saber a mi superior el padre Colin. Pero él me respondió: «Su misión está en Francia, no en Oceanía, y no es evangelizar a aquellas gentes, sino preparar jóvenes instruidos y dignos que puedan hacerlo.»
Despierta, es la hora de rezar por la Misión… Respondemos: Ayúdanos Señor.
- Por todos los cristianos del mundo entero, para que seamos testigos con nuestra palabra y nuestra vida de la fe…
- Por las Iglesias de los países de misión, para que sean luz de esperanza en medio de sus pueblos y fuente de renovación para toda la Iglesia…
- Por los misioneros que, en todas las partes del mundo anuncian el Evangelio, para que sientan la paz y la fortaleza de Dios que les bendice y les acompaña en su labor…
- Por todos lo que estamos en San José del Parque, para que nos sintamos responsables de la acción misionera de toda la Iglesia y contribuyamos a ella con nuestro estudio y la ayuda que podamos dar…
ORACIÓN (DOMUND’2024)
Señor, ¿a quiénes nos falta por invitar a tu fiesta?
Guía nuestros pasos hacia ellos
e «inspíranos el gesto y la palabra oportuna»,
para que puedan descubrirte a través de nuestra cercanía,
nuestra ternura, nuestra compasión y nuestro anuncio de esperanza.
Te pedimos de un modo especial
por todos los misioneros y misioneras
que te anuncian entre los más pobres.
Haz que juntos, ellos y nosotros, apoyados en la oración, pegados a Ti, llevemos incansablemente al mundo tu invitación
al Banquete de la fraternidad,
al que nos congrega cada domingo
y al que no tendrá fin, en el cielo.
Santa María de la fiesta de bodas, ruega por nosotros. Amén.
Vídeo del Domund’2024