Personas de paz

Hoy día de la paz nos reunimos para ponernos delante de Dios con nuestra intención de ser “personas de paz”. Dios es la fuente del amor y de la paz en nuestras vidas, pero, ¿por qué hay lugares del mundo en los que no hay paz?, ¿por qué todavía hay guerras en las que las personas sufren? ¿por qué incluso nosotros no tenemos actitudes de paz con nuestros amigos o nuestros compañeros?

Vamos a hacer oración para pedir por nuestro mundo herido de guerra y para que Dios nos ayude a ser verdaderas “personas de paz”.

En el nombre del Padre, del Hijo…

Observamos en silencio esta imagen durante un momento:

Texto bíblico: Del evangelio de San Juan 14, 26

“La paz os dejo, mi paz os doy; no os la doy yo como la da el mundo. Que no se turbe vuestro corazón ni se acobarde”.

Reflexión

Estas palabras las dijo Jesús a sus amigos. Jesús era una persona de paz, que, a pesar de que vivió dificultades con personas que querían ser enemigos, supo mantener una actitud pacífica: sin enfrentarse físicamente, sin violencia, sólo con buenas palabras, con la verdad por delante, defendiendo a los más necesitados y no poniéndose al lado de los poderosos.

Hoy nos pide que le ayudemos a seguir dando paz… no como lo hacen muchos poderosos en nuestro mundo que se enfrentan y generan guerras. Él nos deja su paz para que nosotros la llevemos a nuestro mundo herido. Y nos pide que no tengamos miedo a luchar por la paz.

Momento para compartir :

• ¿Qué podemos hacer para “curar” a nuestro mundo en guerra?
• Pensando en nuestra vida, ¿Qué debemos cambiar de nuestro comportamiento para construir paz? ¿Cómo debemos tratar a las personas de nuestra familia o a nuestros compañeros?

ORACIÓN FINAL

En ti, Dios todopoderoso, contemplamos el esplendor del amor verdadero.

A ti nos dirigimos con confianza.

Sálvanos en tu justicia y haz que nuestras familias y comunidades sean lugares de comunión y oración.

Te pedimos por nuestras familias y comunidades que experimentan tantas formas de violencia, engaño, rechazo, división y aislamiento.

Que todos los que han sido víctimas encuentren consuelo y curación en ti, Señor de la Paz.

Sé la calma en nuestras tormentas, la fuerza en nuestra debilidad y la luz en nuestra oscuridad.

Concédenos, Dios, tu paz en cuerpo, mente y espíritu.

Protégenos de todo lo que nos causa pena, aflicción y dolor.

Danos la fuerza y la sabiduría para proteger la creación, que nos has regalado.

Dirige sobre nosotros tu mirada misericordiosa, danos tu bendición y rodéanos de tu protección constante para que podamos cantar tu alabanza a una sola voz.

Que tu misericordia sin límites descanse sobre nosotros.

Señor, escúchanos bondadoso.

Amén.